Foro para la Igualdad NARO 2007

  • 22 de Mayo 2007

Presentación del Estudio : "Mujer y Liderazgo: Paradojas"

Ponentes:Rosana Agudo y Adela Innerárity

El trabajo que presentamos es el resultado de la investigación realizada por la consultora TTi- Tecnología para la Transformación Interior a un grupo de ochenta mujeres de ámbitos sindicalista, civil y político.
Se presentan las paradojas que impiden definir, sentir y asumir el Propio Liderazgo.Hacerlas conscientes es el primer paso para desarrollar un Liderazgo que permita la expresión singular de cada mujer.


Presentación del estudio “Mujer y Liderazgo: paradojas”
22 de Mayo de 2007

La sesión dio comienzo con las palabras de Constance Little, Presidenta de la Asociación para el Liderazgo de la mujer Mirra, que presentó brevemente la Asociación destacando su origen, razón de ser y objetivos. Agradeció el trabajo que sufragistas y feministas han realizado y realizan a favor de la mujer y, por tanto, de la Humanidad, así como el trabajo que otras Organizaciones realizan en este sentido.
Expresó la necesidad de cooperación entre todas ellas y la riqueza que supone la participación de tantas asociaciones en el Foro Naro, todas con el objetivo común de promover la Igualdad.

Conclusiones

En el ejercicio del liderazgo se les pide a las mujeres que sean “femeninas” (que sean comprensivas, dialogantes, sensibles, que muestran empatía, que sepan escuchar, que distribuyan la toma de decisiones) pero sólo siendo “masculinas” (independientes, individualistas, capaces de abandonar la vida familiar, libres, decididas, direccionales y en control de la situación) se les valora. Se utiliza como patrón de cualidades el masculino, y una vez alcanzadas esas cualidades, se descalifica a la mujer por manifestarlas. Siempre hay algo por lo que las mujeres no pueden “dar la talla” porque cuando se da, no se valora como adecuado o suficiente.

Las exigencias contradictorias, tanto individuales como sociales y culturales, que gravitan sobre las mujeres líderes, son causa de desánimo, de esfuerzo sin sentido, de agotamiento y en muchos casos, de abandono de las aspiraciones legítimas de aportar a la sociedad las diferentes y variadas capacidades que poseen.

Las expectativas sobre la líder son tan altas que hacen imposible verse y ver a las demás como líderes. El resentimiento de no poder responder a las expectativas que la cultura dominante tiene sobre las mujeres líderes, impide reconocer las capacidades de otras mujeres.
Es necesario desarrollar una forma propia de ejercer el Liderazgo, que permite coherencia al poder aportar las cualidades específicas que cada mujer posee. Este Liderazgo hace posible la expresión singular, evitando por tanto un tipo de liderazgo impuesto desde fuera; un liderazgo capaz de potenciar otros liderazgos porque no se siente amenazado en su particularidad.



























































































































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